domingo, 11 de mayo de 2014

Un mes...

Mirando las entradas anteriores me doy cuenta de lo mucho que puede cambiar una persona en un mes, física y psicológicamente, si alguien me hubiera contado hace un tiempo lo que me pasaría ahora, probablemente me reiría mucho, diría que esa no soy yo, lo trataría de loco y seguiría caminando.

Hoy me siento una persona diferente, ciertamente soy una persona diferente, mis actitudes frente a los problemas ya no son los mismos e incluso ya no tengo los mismos amigos de hace un mes.

Partiendo por algo, hace dos semanas de recetaron pastillas anti-depresivas, pero sinceramente no siento que el cambio sea gracias a eso, si no más bien gracias a un grupo bastante peculiar de personas que conocí en el preuniversitario, un grupo muy diverso, tanto en su manera de pensar, como en sus edades, sus actitudes y también sus preferencias por la comida. El peculiar círculo por el que ahora me rodeo me ha traído más de un problema, pero también me ha brindado un montón de cosas buenas.

Físicamente cambié, principalmente porque he bajado casi 10 kgrs y cada día estoy más pálida, tampoco es como que diga "Oh dios, me he vuelto una persona completamente diferente y amo esto" porque sería la mentira más grande que podría decir en este momento.

En el ámbito psicológico, si tuve un cambio drástico, pasé de estar muy depresiva y triste, a normal llegando a un punto casi feliz, no es que sienta que estoy eufórica ni nada menos, pero si estoy bastante mejor.

Ultimamente he pensado mucho en lo importante que es para mi desahogarme de vez en cuando, el problema es que ultimamente he estado contándole todo a una sola persona, de la que probablemente me volveré dependiente durante este año y que no volveré a ver luego de diciembre del mismo, me tiene preocupada mi inevitable dependencia y la tristeza que me causará, pero supongo que es el ciclo de la vida y así es como debe ser.

domingo, 6 de abril de 2014

Quiero...

Quiero que llueva, los días de lluvia siempre me han hecho feliz, y me dan un motivo especial para tomar té en cualquier momento, me encanta estar abrigada, creo que el frío es la cosa más increíble del mundo

Quiero que el mundo entienda que me molesta verlos en pareja y yo estar sola, no hay nada más deprimente que eso, donde sea que mire hay gente en pareja, sobre todo cuando tengo algún malestar emocional, no se puede caminar por el colegio sin ver millones de parejas por los pasillos, mucho menos estar dentro de la sala.

Quiero dejar de creer que eso me va a hacer más feliz, porque sé que al fin y al cabo no es tan importante, llevo escuchando quince años que "todo llega a su tiempo", pero al parecer el tiempo es una dama vanidosa frente al espejo, siempre tarda demasiado.

Quiero que mis papás no piensen que necesito un psiquiatra; porque yo de verdad no siento que lo necesite, simplemente pasé por un momento en el que tuve mucho tiempo libre para pensar sobre mi vida, y darme cuenta las cosas que estaban pasando a mi alrededor, tal vez miré demasiado tiempo al sol y mis ojos se quemaron, pero no siento que vaya en picada hacia una depresión de la que no podré salir, si ya he salido de otras dos depresiones y sobrevivido a una buena cantidad de intentos de suicidio por sobredosis de medicamento ¿un poco de tristeza me va a destruir?

sábado, 5 de abril de 2014

Me gusta, no me gusta, lo odio, lo amo. Soy yo.

Soy amargada, me gusta señalar los defectos de la gente en su cara y no a sus espaldas, no pretendo ser la más bonita ni la más inteligente, me gusta decir garabatos, soy una experta en ballenas, no entiendo mis propias decisiónes, tengo más problemas para relacionarme con mis pares que con la gente mayor, tengo talento para encantar a los niños pequeños.

Soy gritona, preguntona, demasiado directa, nerd, me gusta escuchar música de hace más de treinta años, me río sola de cosas que a veces ni yo logro entender, me gusta trabajar sola, siempre siento que la gente no entiende de lo que hablo, me gusta llorar con películas que no son para llorar, puedo leer más rápido que cualquier persona que conozco, odio educación física pero me encantan los deportes, le tengo miedo a las alturas, le tengo pánico a las relaciones, me gusta contar chistes, odio estar sola, no me gusta que la gente me hable al oído o que pongan voz "sensual", tengo problemas de confianza, odio los psicólogos, me gusta la música clásica, a veces lloro por cosas que me frustran, odio no saber matemáticas, me gusta tener poder, puedo manipular personas a mi gusto, sé aprovechar mis oportunidades, amo andar en skate, no me gusta sentirme presionada, odio los temas amorosos referentes a mi, amo escuchar los problemas de otras personas, estoy acostumbrada a ser la menor en todo, me gusta cocinar, hablo dos idiomas.

Pero al final del día soy yo, solo yo.

Loreto.

sábado, 29 de marzo de 2014

La entrada más emo y depresiva de mi historia.

Me siento sola. No sola de que no tenga pareja, si no que es una soledad emocional terrible, siempre tengo ganas de llorar, y es desesperante, no puedo evitar sonar emo al decir que me siento totalmente incomprendida por mi mamá, por mi papá aún no se, no he hablado con el en mucho tiempo a pesar de que vivimos en la misma casa... Me molesta mucho -o más bien, me da mucha pena- el hecho de que mi mamá siempre esté haciendo ataques personales en mi contra, como por ejemplo, hace un rato, me encerré en el baño para poder estar tranquila lejos -lo más que se puede- de mi mamá, y ella comenzó a decirle a mi hermana menor que estaría muy decepcionada de ella si terminaba como yo.

Ayer fuimos las dos solas a terapia familiar, para que las psicólogas vieran como estaba nuestro lazo madre-hija, mi mamá ocupó todo el cinismo dentro de su cuerpo para decir que no entendía por qué yo nunca le contaba lo que me pasaba, a pesar de sus "reiterados intentos en lograr hablar conmigo", luego de haber peleado con ella hoy y habérselo mencionado, fue ella misma la que dijo -con otras palabras- que la verdad no entendía cómo podía interesarle, porque no lo haría a menos que yo empezara a hacer cosas de la casa. ¿Seré la única que no le ve un sentido común a eso? ¿De verdad tengo que hacer ese tipo de cosas para que me escuche? No logro entender nada, me tiene más que abrumada y ya no quiero saber nada más.

Y sé que va a seguir...

martes, 25 de marzo de 2014

Amistad, abriendo puertas hacia nuevas oportunidades.

Hablando del pasado

Los primeros años de colegio son siempre los más lindos según la mayoría de las personas, pero no cuando eres la diferente del grupo; crecí aceptando que mis compañeras no quisieran jugar conmigo porque según ellas yo era muy "fea" o muy "tonta", hasta el punto en el que una de ellas me cortó un mechón de pelo luego de tirarlo hasta hacerme llorar.

¿Qué es lo más lindo de mi primera infancia, entonces? Obviamente, nadie más que mi primera mejor amiga, quien es una persona que ha marcado mi vida de una manera muy positiva, quien me obsequió posiblemente el regalo más grande que podré tener en mi vida, y el que estoy segura que me abrirá muchas puertas: El inglés.

Luego de muchas experiencias que de verdad no creo que en este momento sean muy interesantes, fue un gran pilar de mi educación, mis gustos y mi enfrentamiento directo hacia el bullying, luego de 6 bellos años de amistad, ella se cambió de colegio, en busca de mejores oportunidades para su educación a largo y corto plazo.

Y en la actualidad...

Mi mejor amiga actual es todo un tema, como es necesario, diré su nombre, esta bella adolescente un año mayor que yo se llama Javiera, y ha sido mi más grande apoyo, como el que yo espero ser para ella.

Nos conocimos en el año 2009, en el que ella llegó a mi curso/salón, era muy tímida y no logró relacionarse con nadie de inmediato, pero después de un par de días de mirarla mucho y de que ella me mirara a mi, decidimos que era tiempo de hablar... Creo que, al fin y al cabo, el problema nunca fue el hablar, si no que lo fue el quedarse calladas, desde el primer día tuvimos una conexión especial, sentí (y siento) una confianza en ella que me sirvió para descargar todo lo que llevaba dentro durante tantos años con tan solo cinco minutos de conversación, y a veces, tan solo con una mirada discreta.

Me gusta pensar que el resto puede entender nuestra amistad, pero la verdad es que frecuentemente he sido víctima de burlas muy ofensivas, a veces ni siquiera dirigidas hacia mi, si no que también hacia ella con objetivo de herirme por la impotencia, al punto de tener una época en la que tuve que defenderme a los golpes (un tiempo bastante vergonzoso, a decir verdad).

Tampoco es que pueda decir que mi infancia fue la más perturbada y horrible cosa del universo, sin contar con el tema colegio, mi infancia fue probablemente, una de las más provechosas, felices y largas en comparación con las de mis pares.

Hoy en día casi no tengo permitido juntarme con mi mejor amiga, pero ella sabe que la quiero, sin importar la distancia, el tiempo que pase sin verla, o incluso, los momentos en que la odio o detesto su actitud.

En definitiva, la amistad es otro tema complicado para mi.

La maldición del anti-amor, rechazos y "mi primera relación"

Creo que podría hacer una leyenda urbana sobre mi misma, diciendo que quien me gusta u obsesiona, en menos de tres meses consigue pareja, desde que tengo memoria ha sido así, es casi como si el destino estuviera diciéndome "Hey, tu futuro está en tener seis gatos y un hamster".

Por dar un ejemplo, una vez conocí a alguien por internet, este chico me obsesionó mucho, hasta el punto de tener la necesidad de hablar con el a diario para poder sentirme bien o feliz. Al cabo de un año de haber empezado esta enfermiza "amistad" me admití mis sentimientos a mi misma y me declaré; él no fue capaz de darme una respuesta concreta, evadiendo el tema y diciendo que "siempre me tendría presente como una gran amiga" FRIENDZONED. Si alguna vez un hombre pensó que a las mujeres no las ponían en la friendzone, dios mío que estaban equivocados ajajaja, bueno, la cosa es que al cabo de unas semanas dejó de hablarme y me enteré que apenas unos días antes de mi vergonzosa declaración el había iniciado una relación con una amiga de su colegio.

Claro que debo admitir que si de friendzone, rechazos y cosas por el estilo se trata, yo también he estado al otro lado de la situación, por nombrar una emblemática; mi mejor amigo, por allá por el año 2006, cuando apenas eramos unos fetos en desarrollo de escasos siete años, el me pidió estar en una relación con el mediante un papel (claro que su ortografía y caligrafía por ese entonces eran desastrosas), el que yo no entendí, y simplemente, por ahorrar rollos, contesté idiotamente "Si :)". Luego de aproximadamente una semana (Lo que recuerdo a la perfección porque probablemente es la anécdota más graciosa de mi vida hasta el momento) se presentó la feria del libro en mi colegio, en la que no pude despegarme de mi queridísimo "mejor amigo", comprándome él cada libro que yo quisiera [Los que aún guardo como un bonito recuerdo]. Al final de ese día, nos sentamos en una banca aleatoria del patio, y él me preguntó "¿te gusto?" y yo como ¡¿QUEEE?! a lo que solo pude responder con otra pregunta "¿Por qué lo dices?" y él, tristemente dijo "Porque en lo que llevamos de relación no me lo has dicho" Y yo, por supuesto, muy idiota y anti-romántica como hasta el día de hoy lo soy le dije "Pero si no estamos pololeando, no me gustas, eres feo" Y él, como cualquier niño de 7 años con el corazón roto por su primer amor hubiera hecho, se fue llorando.
Me acuerdo que mi mamá me fue a buscar ese día al colegio, y mientras yo no estaba, mi mejor amigo le dijo a ella "Tía, ¿Por qué su hija me hace sufrir tanto?". Y bueno, desde ese día, soy muy amiga de la mamá de mi mejor amigo y me tratan casi como una más de la familia, porque me han visto crecer junto con mi desastroso "Primer pololo"

viernes, 21 de marzo de 2014

Psicólogos, traumas y Twitter.

Primera visita... DE-SAS-TRE.

Entré a la oficina de la psicóloga, todo bien, me dijo que ya había tenido una sesión para hablar con mis papás sobre mi hace dos días, me pidió que me sentara, con la poca delicadez y suavidad que tengo caí de golpe en la -muy dura como para hacer sentir cómodo a alguien- silla, recitó el típico discurso de un profesional de la salud educado en una buena universidad que tiene suficiente tiempo en el rubro como para poder decirlo dormida "Puedes quedarte tranquila, lo que digas va a quedar aquí." Y yo, como no puedo controlar mi lengua cuando estoy enojada -y es bueno considerar que ese día no estaba en mi más brillante humor- le mencioné que ya había ido al psicólogo antes y que lo había dejado porque sentía que me hacía más daño que beneficio.

Cuando llegó el momento de los tortuosos test de dibujos, me pidió que dibujara una persona bajo la lluvia, y aunque le mencioné reiteradas veces que yo ya conocía ese examen y que lo había estudiado a profundidad durante mis hermosos años de ocio, insistió en que aún asi lo hiciera, sabiendo yo que no me serviría de nada, porque había memorizado las respuestas hace mucho tiempo. Luego de hacer el dibujo (bastante feo a decir verdad) me pidió que dibujara una familia (aquí es donde viene el drama) Dibujé: Un papá, una mamá y dos hijos, para ser un poco más detallados, el hombre se encontraba en la esquina, vestido con una polera manga corta, un brazo pegado al cuerpo y el otro estirado, a su lado, una mujer con vestido, su mano practicamente tocando la de el hombre, pero sin poder realizarlo totalmente, al lado de la mujer había una niña, sin ropa específica, la mano estirada hacia la mano "libre" de la mujer, pero sin estar ni cerca de tocarla, y en la otra punta de la hoja, un niño, pantalón y polera de manga larga, con los brazos pegados al cuerpo. Ninguno de los dibujos tenía una boca, tan solo ojos, sin expresión. La psicóloga me pidió que le dijera con quien me identificaba más -la hija- quién era la persona más feliz del dibujo, a mi parecer, la mamá, luego la más triste -o menos feliz-... Siendo sincera, me puse a llorar y no pude contestar hasta estar relajada que creía que era la niña. El resto es un trauma que no puedo contar sin mojar totalmente el teclado.

Resumiendo cuentas...

Odio los psicólogos, para mi, es como esa película romántica que sabes que te va a hacer llorar, pero por motivos de fuerza mayor, aún debes ver. Es una sensación extraña, al saber que estoy yendo donde un doctor al que la gente recurre cuando ya su vida no puede ser más horrible me hace creer que lo único que me falta para estar arruinada es el delineador negro en exceso corrido, una hoja de sacapuntas y una mariposa a punto de ser asesinada.


Después de cinco días sin mi maravilloso pajarito azul, me di cuenta de que he estado hablando sola más de lo normal, pues claro, para eso tenía mi Twitter, que afortunadamente, nadie leía, exceptuando tal vez mis delirios amorosos por Julio Verne -con el cual estoy segura que tuve un lío amoroso en mi vida pasada-, mis comentarios sarcásticos acerca de ciertos temas y mis muy adolescentes "Odio mi vida."

Dando terminado el tema, les deseo una buena tarde/mañana/noche, según el horario en que lean esta publicación.